El edificio de Pozos Dulces es toda una sorpresa, especialmente en la decoración de azulejos de múltiples mosaicos tanto en el patio, la entrada, la zona de comedor, las escaleras, y sobre todo en los antiguos dormitorios de los infantes, donde se colocaba un azulejito a la cabecera de la cama de cada niño, con el santo o patrón del nombre de su benefactor. Una idea sencillamente genial, tanto desde el punto de vista cristiano como de mecenazgo.
En este caso traemos a colación un retablito de San Francisco de Asís, de los hornos de Cerámicas Santa Ana, sin la firma del pintor de nómina, de un tamaño aproximado de 20 x 30 cm, a partir de 3 losetas rectangulares, con una sencilla orla y dos cartelas que incluyen el nombre de la Beca San Francisco de Asís, y el benefactor D. Francisco Vargas.
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