A veces desaparecen los negocios pero perduran sus mosaicos o rótulos. Es el caso de una bodeguita, que abrió sus puertas en 1999 en la confluencia de la avenida de la Rosaleda y la calle San Rafael, y así queda testimoniado por la firma del horno de Pablo Romero.
Estamos ante un rótulo de gran calidad, en el que se mezcla una correcta caligrafía, que combina mayúsculas y minúsculas, con una estampa típica de un cenachero, que nos observa orgulloso con su preciada carga. Como fondo, una vista de la farola y de Gibralfaro aportan la nota geográfica, de un diseño muy al uso del taller de este artista. La forma del cuadro se adapta a la propia fachada, siendo una pieza apaisada de 150 x 60 cm, montada sobre bastidor metálico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario