DEL LIBRO MARÍA EN LOS RETABLOS CERÁMICOS DE MÁLAGA.
Culmina el periplo vidriado por las Vírgenes de
vísperas con otro buen amigo y aficionado de la cerámica, con residencia
habitual en Tánger (Marruecos). Se trata de Juan Carlos Barceló Montenegro, que
en 2007 encargó también a Pablo Romero una
reproducción en azulejos de Nuestra
Señora de los Desamparados del grupo parroquial de Santa María Goretti,
tras el impacto al comprobar cómo por
primera vez una comitiva nazarena discurría bajo las ventanas de su casa
paterna en la calle Valle de Abdalajis, en la zona de carretera de Cártama.
Se trata de un vidriado de 75 x 90 cm pleno de
fuerza y diálogo con el espectador, ya que ofrece a la efigie del escultor
local Juan Vega Ortega, cercana, con las manos implorantes y el único consuelo
del rosario. El triángulo del manto conduce la mirada hacia la testa mariana,
intencionadamente baja en el puzzle de losetas ya que el halo de estrellas
aparece en toda su integridad, generando un diálogo geométrico con el arco de
medio punto sostenido por dos columnas
de grecas. Mención aparte merece el tratamiento de la mirada, las blondas o la tersura
del pañuelo, todo ello sobre un fondo rojo adamascado de minucioso detalle. El retablo
recuerda la primera salida procesional de la Virgen, con el imprescindible
apoyo de los cofrades de San Andrés, que cedieron el trono y su experiencia
para la ocasión allá por octubre de 2007.
La intención inicial fue adosarlo a
un lienzo de pared del barrio, aunque por algunos malentendidos no pudo ser
así, pasando a formar parte de una colección privada. Hasta la fecha, sólo ha
sido expuesto en dos ocasiones: la primera durante la Cuaresma de 2010 en el
escaparete de un comercio de calle Calderería y asimismo sirvió de decorado durante
el pregón cofrade en la Peña Malaguista-Liceo de Málaga de ese mismo año. Por
ahora se trata del único mosaico que recrea a esta Dolorosa, aunque no sería de
extrañar que en años venideros aumentara la nómina de esmaltados de esta
Virgen, hecho que han reconocido los propios directivos de esta corporación, y
que está supeditado a otras inversiones patrimoniales más perentorias.
Nota: Por degracia el sacerdote de Goretti no está por la labor, y de un plumazo se ha cargado este ilusionante proyecto cofrade, ya que no comprende que las cofradías necesitan cierta independencia de gestión para prosperar. Ahí radica parte de su esencia. Una pena, Don Luis.
Además, Don Luis, cuando se le da una patada a un manto de un Virgen, diciendo que se aparte de ahí, es como si estuviese Vd. pateando la barriguita de la adolescente María cuando iba en la primera procesión del Corpus, para visitar a Su prima Isabel.
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