Mosaico 214. Decoración de la antigua hornacina de María Stma. de la Soledad, Reina de los Ángeles.

El reconocido caricato Ángel Garó abrió hace unos años un restaurante con pretensiones, frente al Teatro Cervantes. De aquella aventura empresarial ha quedado una decoración vidriada que han mantenido los posteriores dueños de los negocios que han intentado fortuna en dicho lugar, concretamente en la calle Madre de Dios, esquina con Cárcer.

En la fachada se adosaba una hornacina, aprovechando una ventana, con un ampuloso discurso, excesivamente recargado, que llegaba al límite en el absurdo de enrejar los propios azulejos de los prestigiosos hornos de Cerámicas Santa Ana. Así, los angelitos parecían encarcelados, como si sus escorzos fueran vanos intentos de escapar de aquella pesadilla barroca.

En la parte superior de la hornacina-ventana  unos querubines despliegan una cortinilla que cobija un anagrama, todo ellos muy recargado por un valioso medallón en bronce, todo enmarcado en una guardilla de brillos dorados.

En la parte inferior, entre columnas salomónicas y un jarrón de flores, unos ángeles intentan salir de su cautiverio. Sin duda, una lástima que no haya un diseño y una idea previas para que la decoración de una capilla sea eso, exorno y complemento, más que ahogo.