De la imagen fundadora de la
fraternidad, actualmente expuesta en el museo de la entidad, queda reflejo
vidriado en una placa adosada en un paramento del pasaje de Zambrana. Allí se
recuerda que estuvo oculta la efigie bajo la
tierra trinitaria, para preservar su integridad, en el complicado
periodo entre julio de 1936 y febrero de 1937. El pequeño azulejo fue bendecido
en la festividad de la Trinidad de 2009 al paso de la comitiva de la procesión
extraordinaria con motivo de su LXXV Aniversario. Esta es por ahora la única
alusión esmaltada de esta bella Virgen de escuela malagueña, a la espera de que
en algún momento la placa se complemente con un retablo cerámico de la misma.
Se trata de la clásica placa de Pablo Romero, artista que siempre sabe relatar una historia cofrade en un mínimo espacio vidriado.
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