Para
ver el segundo mosaico del Cristo de la Agonía deberemos visitar las
dependencias de su casa hermandad. De sus paredes cuelga un pequeño azulejo de 30
x 45 cm, concebido en un principio para decorar la caseta de feria que se
instalaba en el Real de Teatinos.
El
retrato, datado en 1985, sugiere aires de los hornos de Triana y nos muestra un plano medio algo dulcificado de
la imagen del Señor, que no escatima en los regueros sanguíneos ni en la herida
en el hombro, con un fondo punteado de blancos y azules, donde resalta la cruz
y la cabellera frente a los dorados de las potencias. El cuadro viene enmarcado
en un enrejado excesivamente barroco, con farolitos con pescantes, repisa y
remate, que dificulta su perfecta visión pero que le confiere un marcado aire
popular. Referir, asimismo, que se encargó otro azulejo similar que fue
regalado a José Solís Puya.
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