En la parroquia del
Corpus Christi del barrio de Pedregalejo se veneran sendas Vírgenes del Carmen:
una en su versión letífica y otra de Pasión. Esta segunda es cotitular del Grupo
Parroquial Sacramental de Ntro. Padre Jesús Nazareno del Dulce Nombre, Ánimas
de Ntra. Sra. Reina y Madre del Carmen
Doloroso y Santa Teresa de Jesús. Esta corporación aúna juventud, saber hacer y sentido de Iglesia comprometida en un barrio
hasta hace poco ajeno a estas claves cofrades. La Dolorosa es una valiosa talla
dieciochesca de culto doméstico, atribuible
con fundamento a la saga de Asencio de la Cerda.
El gusto por el
detalle, la tradición cerámica de la parroquia, así como la cercanía del taller
de Pablo Romero fueron motivos más que suficientes para que esta fraternidad
encargara un mosaico de 45 x 60 cm de su titular mariana, con la intención de
ser colocado en la fachada de su sede canónica, típica iglesia del estilo
neorregionalista, modelo arquitectónico muy habitual en la Málaga de mediados
del siglo pasado. El mural fue bendecido
por el sacerdote José Sánchez, coincidiendo con el primer Rosario callejero
presidido por dicha efigie en la noche del primer viernes de noviembre de
2009.
Romero insiste en una fiel definición del rostro de
la Virgen, con la tradicional orla dorada de motivos rocalla, y el contraste
entre el manto oscuro y el fondo de damasco rojo. Especial relevancia ofrece el
juego de las perspectivas y los planos que captan gran profundidad, y así la
corona sobresale de la orla en un plateado que combina con el corazón y el
tocado de esta bellísima Virgen, reconvertida en imagen de candelero a partir
de un busto privado donado a la parroquia.
El vidriado
se basa en dos fotografías diferentes: una instantánea en la que la
imagen aparece con corona y tocado a base de tablas, sin verse en esa
estampa las manos de la Dolorosa; y una
segunda, en la que sólo aparecían las manos de la efigie. El pintor supo
conjugar el rostro de la primera foto con las manos de la segunda, con un
resultado bastante armonioso. Además, la presea que lleva la imagen fue cedida
para la bendición por la hermandad de los Ángeles de Puente Genil, y en
agradecimiento a dicho gesto quedó reflejado en las losetas de este retablo sufragado
por cuestación popular de sus feligreses. Este incipiente grupo cofrade demuestra con este encargo su conciencia del
carácter divulgativo de la cerámica religiosa, hecho que contrasta por ahora con
la ausencia de mosaicos de la otra imagen del Carmen venerada en dicho templo.
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