Se trata de un mosaico de 75 x 90 cm en base a la técnica de la cuerda seca y un interesante diseño, que sobre fondo blanco despliega el arte danzarín de una bailarina, dos gatos, un pato y un payasito, que no cae en simplezas infantiles, más al contrario es una propuesta de gran calidad con infinidad de detalles dignos de apreciar detenidamente.
El mural carece de firma, aunque nos atreveríamos a atribuirlo al taller malagueño de Francisco Lara Fournier.
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