La técnica de la cuerda seca
hace su aparición con un cuadro vidriado que preside la entrada del bar Casa
Romero y Palma, en el pasaje de Zamarrilla, justo al lado de la ermita. El paso
del tiempo y el cambio de propiedad hacen que se le pierda la pista a la
autoría de esta obra, que en el margen superior izquierdo conserva vestigios
ilegibles de lo que fue la rúbrica del autor. La pieza data de los años en que
los tronos de la corporación se montaban justo en el pasaje, por lo que prácticamente las cabezas de varal
llegaban a la entrada de este establecimiento tan inmerso en el sentir cofrade
cada Jueves Santo. La Dolorosa aparece rodeada de una cenefa coloreada con
óvalos y roleos, en un tamaño de 45 x 60 cm, correctamente enmarcada en las
losetas.
Resalta el predominio de tonos claros, matizados por intensos relieves
del bordado de la toca, frente a un fondo celeste liso que queda quebrado por
la contundencia de la rosa y el fajín. Además,
la oscuridad del cabello aporta profundidad a un rostro de mirada implorante. El
estilo de la rotulación apunta una autoría similar a la del mosaico de la
Virgen de la Paloma de Mangas Verdes, pieza del mismo horno pero con menor
desarrollo.
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