Tonalidades talaveranas lucen en la plaza de San
Francisco. Allí se levanta la casa hermandad
de la Puente y la Paloma, flamante edificio que cierra el flanco sureste. El
espacio lo preside la Diosa Pomona, la cual muestra su espalda a los mosaicos
de ambos titulares, que presumen con
la firma de Amparo y Carlos Ruiz de Luna desde 1995. Las piezas presentan una
misma composición, con la típica doble
cenefa de combinación celeste y anaranjada, así como una bordadura azul marino.
El
Cristo del profesor Juan Manuel Miñarro centra el mural bajo un dosel y fondo
celestial, en una proporción algo reducida en relación al total del mosaico de
1,05 x 1,65 m. Especial protagonismo adquiere la grafía del título, sobre azulejo
blanco y bajo el escudo corporativo.
La efigie recrea al Señor maniatado con
mirada baja y sus peculiares ojos rasgados, en un exquisito trabajo al que el
craquelado o agrietado de parte de los azulejos le otorga un encanto especial.
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