También
hay que aludir a una placa histórica adosada desde 1995 al paramento de
poniente de la parroquia de San Juan, que recuerda lo más de tres siglos y
medio que la corporación de la Puente y la Paloma se acogió en este templo.
El
mosaico, apaisado y de tamaño estandar, viene enmarcado en una elegante orla
azulada y está coronado por el escudo corporativo, siendo una pieza habitual
del taller de Ruiz de Luna, que tiene la curiosidad de que se adosa sobre
antiguas ordenanzas urbanas de convivencia vecinal grabadas en el propio
edificio y que fueron recuperadas tras una restauración que eliminó capas
añadidas de pintura.
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