DEL LIBRO "MARIA EN LOS RETABLOS CERAMICOS DE MALAGA"
Asimismo,
con motivo de la Coronación Canónica de la Virgen en 1988, el Cuerpo de Intendencia del Ejército, hermano
mayor honorario de la fraternidad, dona a través de la Agrupación de
Intendencia de Reserva General un monumental retablo cerámico con la firma de
Julián Santacruz de los hornos Cerámica Villa de Madrid. El mural, de 1,60 x 2,30 m se halla en el
patio que conecta la entrada de la basílica con el salón de tronos. Este
ceramista tiene una dilatada producción en la capital de España, con
especialidad en lienzos clásicos, estampas costumbristas y azulejería
publicitaria. Pese a demostrar calidad y
técnica en sus trabajos, no logra la unción de los pintores andaluces o levantinos
en el apartado devocional. Por ello, aunque se trata de una pieza de correcta
ejecución y minucioso desarrollo, no logra transmitir transcendencia ni asemeja
los iconos a los modelos originales. Por
ello la junta de gobierno decidió instalar el mural dentro de la casa hermandad
y no en el inconcluso ábside de la basílica, para donde se había proyectado. En
la mayordomía de Carlos Ismael Álvarez se volvió a contemplar esta idea, para
lo que Jesús Castellanos realizó un apunte.

El mural se basa en una
fotografía de un altar de cultos en la antigua capilla de la sede de Santo
Domingo, en que la Dolorosa, ataviada con sus mejores galas, se presenta en
besamanos, mientras que el Nazareno aparece en la distancia, iluminado por un
montaje de candelería. El azulejo plano de la estampa combina con una gruesa
cenefa a relieve en base a retorcida hojarasca, que fusiona los dorados con los
típicos verdes y morados de la bandera de la ciudad y de las secciones
nazarenas. El mosaico viene rematado por una triple heráldica
de la Orden dominica, el Cuerpo de
Intendencia y la ciudad de Málaga. Además, en la parte inferior figura la
leyenda Eres Nuestra Esperanza así
como la fecha de la Coronación. La pieza está cobijada por un tejaroz y queda alumbrada
por sendos faroles con cristales coloreados, y bajo la misma figura una placa
alusiva a la donación.
Por ahora éste es el único recuerdo esmaltado de la Coronación de la
Virgen, que en verano del 2013 llega a su cuarto de siglo. El gran esfuerzo de la construcción de la
basílica tal vez condicionó que no se invirtiera en la realización de algún
mural conmemorativo, por lo que la donación del cuerpo militar adquiere un
valor añadido. No obstante, el próximo aniversario es una buena oportunidad
para recordar en azulejos con proyección
externa tamaño acontecimiento, que supuso un punto de inflexión en la evolución
cofrade de las últimas décadas.