Daniel García realiza en la técnica de azulejo plano en tonos azul cobalto un mural de 45 x 60 cm un mosaico que se ubica justo en la zona donde realizó la Virgen el milagro de atemperar las aguas tras el terremoto de Lisboa de 1775, lugar al que peregrina la Virgen con sus hermanos en el luminoso primer domingo de cada Adviento al son de campanilleros. Simbólicamente vemos las agua del Mediterráneo bajo el asfalto de la Alameda y pensamos en la devoción que debió tener esta bella efigie y que poco a poco va recobrándose en las dos últimas décadas.
Como toda pieza emblemática tiene su anécdota ya que el terremoto tuvo lugar 20 años antes, justo en 1755, por lo que hay un desliz en uno de los números de la cifra del año.
Por desgracia es un mural a gran altura por lo que su lectura es casi imposible, de ahí que habría que plantearse reubicarlo en un lugar más bajo, aunque de todas maneras el texto está muy comprimido y la caligrafía es más que mejorable, aunque también podría interpretarse como un guiño a los antiguos pergaminos, y el ceramista quiso contar demasiada historia en muy pocos centímetros de azulejo, por lo que, con todo el cariño, recuerda a los apuntes que se hacen en los márgenes de los libros.
La composición final es correcta, con una orla que no resta protagonismo y un trabajo casi en miniatura de los detalles de la Madre y Su Hijo, para un tamaño de 45 x 60 cm con soporte de bastidor metálico.
También ha sido un mosaico gafado, ya que un comercio de zapatería le plantó en la misma cara un espantoso cartel publicitario, que para más inri tenía como nombre el diminutivo del Dogma de la Asunción. Por fortuna es ya una imagen superada ya que el cartel desapareció.
Vamos que la dueña no tuvo rubor en eclipsar esta pequeña obra de arte y guiño a la historia local con una tienda de zapatos que cómo no, sucumbió a la crisis, aunque el rótulo parecía un guiño a la Sagrada Familia, con eso de "Señora, Caballero y Niño". Recuerdo una charla con la responsable del negocio en la que le pedí que cambiara el cartel de lugar, haciendo caso omiso de ello. Le dije que el tiempo ponía las cosas en su lugar y que seguramente caería antes el rótulo que el mosaico, como así ha sido finalmente. Fíjense cómo el cartel tenía hasta unos vientecitos para no tambalearse con el aire, que casi parecían una prolongación del manto de la Señora.
En otras ocasiones el mosaico tuvo que jurar la bandera norteamericana. Aqui ven la foto.
Por desgracia es un mural a gran altura por lo que su lectura es casi imposible, de ahí que habría que plantearse reubicarlo en un lugar más bajo, aunque de todas maneras el texto está muy comprimido y la caligrafía es más que mejorable, aunque también podría interpretarse como un guiño a los antiguos pergaminos, y el ceramista quiso contar demasiada historia en muy pocos centímetros de azulejo, por lo que, con todo el cariño, recuerda a los apuntes que se hacen en los márgenes de los libros.
La composición final es correcta, con una orla que no resta protagonismo y un trabajo casi en miniatura de los detalles de la Madre y Su Hijo, para un tamaño de 45 x 60 cm con soporte de bastidor metálico.
También ha sido un mosaico gafado, ya que un comercio de zapatería le plantó en la misma cara un espantoso cartel publicitario, que para más inri tenía como nombre el diminutivo del Dogma de la Asunción. Por fortuna es ya una imagen superada ya que el cartel desapareció.
Vamos que la dueña no tuvo rubor en eclipsar esta pequeña obra de arte y guiño a la historia local con una tienda de zapatos que cómo no, sucumbió a la crisis, aunque el rótulo parecía un guiño a la Sagrada Familia, con eso de "Señora, Caballero y Niño". Recuerdo una charla con la responsable del negocio en la que le pedí que cambiara el cartel de lugar, haciendo caso omiso de ello. Le dije que el tiempo ponía las cosas en su lugar y que seguramente caería antes el rótulo que el mosaico, como así ha sido finalmente. Fíjense cómo el cartel tenía hasta unos vientecitos para no tambalearse con el aire, que casi parecían una prolongación del manto de la Señora.
En otras ocasiones el mosaico tuvo que jurar la bandera norteamericana. Aqui ven la foto.
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