Por otro lado, un segundo mosaico con la
efigie de la Virgen de la Soledad de San Pablo fue realizado en 1989 por Amparo
Ruiz de Luna para la fachada norte de la antigua iglesia de la Aurora María,
justo en la plaza de la Aurora, pequeño rincon frente a la Peña Trinitaria. El
encargo pretende hacer pareja con el vidriado que su padre, Juan Ruiz de Luna,
horneó en 1965 con la egregia figura de Jesús Cautivo, conformando un conjunto
armónico en el que se combinan los dos murales, sendas ventanas circulares,
luminaria de faroles de forja y la vegetación que trepa por el paramento.
Amparo repite el tamaño de 1,05
x 1,35 m, así como la orla decorativa tan típica del taller de calle
Bodegueros, combinando frutas y flores de aires renacentistas, y añadiendo dos
querubines en las esquinas superiores. Asimismo asemeja la bordadura oscura que
da paso a un plano general de la Virgen arrodillada sobre la peña, tras la que
ondea el sudario. El espacio obliga a cortar el madero, mostrando sólo un stipes rectangular. El rostro queda perfectamente enmarcado,
configurándose el típico rombo de la estampa en la que la ceramista insiste en
la distinta tonalidad del reverso del manteo. Tanto el tarjetón con la
advocación como la firma de autoría son un homenaje al maestro Juan Ruiz de
Luna, en una curiosa relación familiar de pintores y de protagonistas de los
azulejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario