Por su parte, la fachada del
taller del prestigioso bordador malagueño Salvador Oliver, sito en calle Muñoz
Torrero en el corazón del barrio del Perchel, se encuentra presidida desde el
Viernes de Dolores de 2009 por un mosaico de María Santísima de la Estrella,
cotitular mariana de la fraternidad de la Humillación, de la que es gran devoto este artista. El
retablo fue inaugurado justo al paso del trono de traslado de ambos titulares,
desde la parroquia de Santo Domingo hasta su casa hermandad, circunstancia que se suprime en 2013 ya que la
comitiva partirá desde la propia parroquia en vez de verificarlo desde su sede
en las lindes de Mármoles.
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La obra está firmada por el
ceramista Daniel García, que nos presenta la única composición vidriada que por el momento existe
de esta Dolorosa. En ella, un medallón central acoge un primer plano a modo de
cornucopia, rematado por un ángel que descansa de manera graciosa sobre un
trenzado de mimbre, en equilibrio acentuado por la postura de los brazos. Además,
una estrella de ocho puntas, alusiva a la letanía de esta advocación, aparece
en la parte inferior del óvalo, como contrapunto azulado de clara referencia a
los hábitos nazarenos.
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La rocalla se ve recorrida por notas vegetales que
ascienden por la fábrica, culminando en florecillas de matices anaranjados. Sorprende
cómo se ha conseguido una gran fidelidad en el rostro, captando la mirada de
dolor sereno de esta antigua imagen dieciochesca de escuela malagueña, que
alivia la tensión de las cejas con los párpados caidos que casi cierran los
ojos, y un reguero de cinco lágrimas.
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El ejercicio del difuminado del rostrillo
es sumamente sutil, hecho reforzado por el pliegue de la mantilla fruto del
leve giro del cuello, que deja entrever parte de la oreja izquierda. Además,
hay que resaltar la corrección de la red nodular a la altura del rostro, en una
solución que incide en el estudio previo de composición. El mosaico tiene un
tamaño de 1,20 x 0,75 m, con una firma escueta y desapercibida, estando enmarcado sobre un bastidor de hierro.
Asimismo, el zaguán está rematado por otro rótulo cerámico que refiere y ubica
el taller en unas letras artísticas a realce.
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