Jesús
el Rico, el otro Nazareno que bendice a la ciudad, también cuenta al menos con
tres cuadros vidriados de interés. En la terraza de su casa hermandad de calle
Alcazabilla se sitúa un pequeño cuadro de 20 x 30 cm, a partir de tres placas rectangulares, que
proviene de una ubicación previa en las dependencia de la parroquia de
Santiago, de ahí que la parte inferior se halle bastante deteriorada. La obra está
firmada de manera excepcional en la parte superior del cuadro por Viuda de J. Tova, industria sevillana dirigida a partir de los
años treinta por el maestro Enrique Orce. Se trata, por tanto, de un mosaico de
posguerra de bajo presupuesto pero de
gran valor histórico. El Nazareno se ofrece con gesto algo forzado, rodeado de
una orla abocetada plagada de rocallas y rematada por un querubín. El trabajo del bordado parece algo apelmazado,
aunque los pliegues burdeos de la túnica y la sencillez de la pequeña mano
demuestran el gran oficio cerámico que asombra por la mala solución de la red
modular, con la línea entre los azulejos que atraviesa la testa regia.
DEL LIBRO MARÍA EN LOS RETABLOS CERÁMICOS DE MÁLAGA.
Tampoco destacan por su variedad las muestras
esmaltadas de María Santísima del Amor,
de la fraternidad de Jesús el Rico. Ya en el primer trabajo se aludió al
soberbio mural que Pablo Romero realizó en 2002 para la fachada de su casa
hermandad de calle Victoria. Se trata de una pieza monumental que a modo de
ventana asoma a los titulares a la planta baja de la sede. La ejecución de la
Dolorosa del imaginero Dubé es sobresaliente en todos sus aspectos, siendo un
vivo retrato del modelo original. Merece la pena recrearse en los detalles del
tocado, de la filigrana de la presea o de los delicados dedos, de los que pende
un pañuelo de encaje o el rosario de cuentas transparentes. Incluso el
terciopelo azulado del manto parece de más antigüedad que el de la saya, y
lógicamente el toque del maestro en la invasión de la cenefa, en este caso con
la cruz del remate de la corona. Tal vez la única objeción podría apuntarse
sobre el añadido de la panorámica de una antigua postal de calle Granada, que
se soporta en exclusiva sobre el manto mariano, más que servir de nexo entre
las dos efigies.
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