Para que puedan hacer una comparación con el mosaico original que se rompió, aquí tienen una foto del primero de ellos.
Estos, ya son detalles de la nueva pieza de Pablo Romero.
Pablo Romero recrea el mosaico anterior aunque con la originalidad de que el Cristo de Pedro de Zayas aparece restaurado, con la impronta que venimos disfrutando desde hace unos pocos años. También aporta su estilo peculiar en los angelitos, la cenefa y la heráldica.
El mural está lleno de detalles y se logra gran perfección en la ejecución de los rostros, pese al pequeño tamaño de los mismos. Además, se mantiene el texto de la orla inferior, aludiendo al centenario de la fusión de la corporación en 1991.
Un único matiz negativo: el soporte metálico tiene brillos plateados, algo que va en contra de la esencia de los añadidos de un mural, que preferiblemente deben ser mates, el hierro forjado es lo mejor, ya que el único resplandor de un mural vidriado debe ser el de sus azulejos. Se ha vuelto a cometer el error del mosaico de Mena en el Puente de los Alemanes, también con un mural de Pablo Romero. Espero que no cunda el mal ejemplo.
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