Por
su parte, el vacío de la fachada norte de la casa hermandad fue solventado en
1996 por sendos trabajos del alfar de Ruiz de Luna, que repiten tamaño y
diseño. En el caso de la Virgen, Amparo Ruiz de Luna interpreta una Dolorosa niña, que idealiza la belleza del modelo original. Estamos
ante una obra de marcado carácter innovador en el que la red nodular obliga a
descentrar la efigie hacia su izquierda, hecho que es compensado por la
rotundidez de la presea. El cuadro ofrece un acertado desarrollo de la toca y
el pecherín y se enmarca en un logrado difuminado celestial.
Quizá el único
inconveniente sea el contraste estilístico de piezas vidriadas tan dispares,
concebidas con técnicas, presupuestos y periodos históricos tan distintos, circunstancia
que rompe la línea estética del edificioNota: En la actualidad este mural, junto con uno similar del Cristo de la Expiración, se encuentran en el interior de la casa hermandad, sabiamente retirados, restaurados y reemplazados por la corporación perchelera de San Pedro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario