Vinculado con la devoción a
Fátima, y promovido por las Apariciones a la mística portuguesa Alejandrina de
Balazar se fue propagando esta devoción, en cierta medida variante mariana al
culto al Sagrado Corazón de Jesús,
dentro del contexto de los padecimientos por la II Guerra Mundial. Su
iconografía la presenta con túnica rosa, manto azul, corona de estrellas y un corazón
flamante en el pecho, atravesado por una daga.
Málaga cuenta con un formidable
retablo cerámico del horno de Mensaque, sito en la fachada principal de las
Hermanas Hospitalarias, en la calle San Juan Bosco, que hace pareja con uno
similar del Sagrado Corazón de Jesús. En el caso mariano, viene enmarcado por
columnas salomónicas, con la peculiaridad de la presencia del Niño, en una
cuidada composición en que un solo corazón sirve de nexo entre Madre e Hijo, ya
que ésta lo muestra a la altura del pecho del Salvador. Sin duda, una pieza
formidable, que pierde valor al estar rodeada de un zócalo seriado.
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