El edificio incluye un segundo mural, esta vez
con la firma de 1989 de un joven Pablo Romero, que aquí presenta una de sus
primeras obras. En ella ya se aprecian sus peculiares orlas, pero contrasta con
su producción posterior en la poca definición de los rostros de las imágenes,
lo que nos demuestra la dificultad consustancial que caracteriza a esta rama artística.
La elección de las posiciones tal vez no sea la más acertada ya que el Nazareno se presenta de espaldas a su Madre, con un rótulo inferior demasiado grande en comparación con los murales de los titulares. Se trata de una placa del taller de Ruiz de Luna que se centra en un discurso de uvas y parras.
La elección de las posiciones tal vez no sea la más acertada ya que el Nazareno se presenta de espaldas a su Madre, con un rótulo inferior demasiado grande en comparación con los murales de los titulares. Se trata de una placa del taller de Ruiz de Luna que se centra en un discurso de uvas y parras.
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