En la festividad mariana de la Asunción y de la Virgen de la Paloma, ha sido bendecido un nuevo retablo cerámico del artista García Romero, conmemorativo del medio siglo de la Dolorosa de Álvarez Duarte. El mismo ha sido donado por un grupo de hermanos de la corporación y se ubica en la fachada de su sede canónica en la plaza de San Francisco en Málaga.
La elección del lienzo de pared es estratégico, al igual que los del lateral del edificio del horno de Ruiz de Luna, ya que se logra un juego geométrico con el ventanal redondo del arranque de la torre-campanario. Asimismo, los faroles en forja que escoltan el mosaico mantienen la misma línea estética que el que previamente ilumina desde la fachada del conjunto.
Nos informa el cofrade David Varea que la fotografía base para el mural es una instantánea en blanco y negro de la bendición de la Dolorosa, a partir de la cual García Romero ha hecho una interpretación de la misma, una idealización no fiel retrato de la efigie.
El azulejo del rostro enmarca la red modular y en él podemos apreciar el peculiar cromatismo verde de los ojos de la Virgen, el hoyuelo de la barbilla o las 2 lágrimas que resbalan por sus mejillas.
Por otro lado, la pieza tiene el valor de la originalidad en una doble cenefa, una a modo de azulejos de aristas y otra pintada, que enmarcan el dibujo central, que incluye el rostro de la imagen y su corona. Además, una filacteria en la parte inferior sorprende por tratarse de piezas independientes, que ratifica un magnífico trabajo de la labor de albañilería en la colocación del puzle vidriado.
El espectador podrá recrearse en multitud de detalles, como el fondo celestial, el labrado de la corona de bendición, el broche en el pecherín o la paloma con su sombra proyectada. La rotulación en latín "Reina Asunta al Cielo" y las cifras del aniversario culminan un conjunto rematado por un frontón con el anagrama del Ave María.
Como anécdota, en la parte inferior pareciera leerse Málaga 2021.
En resumen, una nueva pieza vidriada del artista García Romero que se añade al circuito de mosaicos que podemos realizar por el centro de la ciudad, como una muestra expositiva permanente de la que debemos estar orgullosos, y muy próxima a otros murales ya clásicos como el escondido de Viñeros o los imponentes de la tribuna de los pobres o calle Fajardo.
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