El pasado sábado 9 de julio tuvo lugar la bendición del primer retablo cerámico de la Virgen de los Dolores del Puente, en concreto en la plaza de Arriola de Málaga. El acto tuvo lugar al paso del cortejo de la procesión extraordinaria con motivo del 275 Aniversario de esta devoción.
El retablo se ha colocado justo frente a la capilla, en el otro lado del río Guadalmedina, lugar origen de esta devoción en siglos pasados.
Me comentaba el recordado Jesús Castellanos, alma mater de la corporación perchelera, que a Dolores no le hacían falta mosaicos porque Ella estaba siempre en la calle, asomada a través de los cristales de su capilla callejera. No le faltaba razón, pero por otro lado, el nuevo mural tiene un componente histórico y proyecta aún más la imagen hacia el centro de la ciudad.
Para realizar esta monumental pieza, colocada con un bastidor metálico atornillado, para un tamaño total de 9 x 12 azulejos de 15 x 15 cm se ha optado por el prestigioso ceramista local Daniel García Romero, que, una vez más, aporta un nuevo diseño para cada obra, que viene a jalonar un circuito vidriado que comienza en la tribuna de los pobres y baja por Fajardo para llegar a Arriola, y del cual recientemente se bendijo otro monumental retablo en el barrio de Nueva Esperanza.
El mural es una alegoría de la propia capilla, con un rematado contraste entre una arquitectónica orla dorada, que simula las paredes laterales de Santo Domingo, y el fondo del interior del espacio sagrado, en tonalidades difuminadas en azul cobalto.
Por su parte la tarjeta inferior, con un trazo más robusto, acoge los dígitos del aniversario y el magistral logotipo del 275 Aniversario, conformado por número romanos encajados en el Puente de los Alemanes.
Centrándonos en la propia imagen pintada, sorprende la mezcla de cuerda seca y azulejo plano, con minuciosidad en la orfebrería de la corona o el relieve de los bordados, pero en especial en el difuminado del corazón traspasado o en las gruesas cuentas del rosario.
Sin duda, un trabajo magistral, que contrasta con el espanto publicitario que lo rodea y que, como anécdota, está en equidistancia con los balcones del edificio, pero no con el rótulo de la plaza de Arriola, la única plaza que no es plaza en Málaga.
Sin duda, el único elemento digno en esta fachada, edificio, que como curiosidad, donde no había nadie asomado en el momento de la bendición del mural. Cosas veredes en Málaga, amigo Sancho.
Felicitaciones a la hermandad y al artista. Una joya más en la ruta cerámica local, en una perfecta combinación de modernidad y tradición vidriada. Algún día esperemos que el ayuntamiento se dé cuenta de esta riqueza cultural.
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