Por su parte, las sores del convento de San Carlos mantienen un nexo
especial con la advocación Mediadora. La Virgen de los Dolores de dicho cenobio,
en su antiguo emplazamiento en el barrio de Portada Alta, fue la imagen primitiva que convocó al primer
grupo de cofrades a inicios de los años noventa del siglo pasado, y que con
posterioridad deparó en la feliz realidad de la parroquia de la
Encarnación.
Del extrarradio, las religiosas retornaron a su origen perchelero, y así
su actual sede se erige en la plaza del Llano de Doña Trinidad, ocupando parte
del flanco oeste, justo al lado de la antigua Casa de Socorro, hoy dependencias
de la Polícia Local. Sendos murales alusivos a la conocida como Virgen de
los Dolores de San Carlos, así como a la heráldica de las Madres
Filipenses, con su lema Mayor Caridad en
el Mundo, escoltan la fachada. El
mosaico mariano tiene la firma del alfar de Amparo Ruiz de Luna para un tamaño
de 75 x 90 cm, tratándose de una pieza habitual de su producción que recrea una
orla de su muestrario. El trabajo es un
ejemplo de los recursos técnicos de su autora, tanto en el degradado del fondo
celeste como en los detalles de la ráfaga o el rostrillo.
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